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Cuando se comienza una reforma se plantean varias cuestiones que deben ser resueltas. En primer lugar el depósito de los escombros y por otra parte qué se hace con esos escombros una vez finalizada la obra.
Ya hemos hablado en otros post de que el alquiler de sacos para escombros es una opción muy cómoda para ello. Pero, una vez realizada esta tarea comienza la de depósito y reciclaje.
En primer lugar debemos distinguir entre dos tipos de escombros:
Los residuos de elementos manufacturados son los azulejos, bloques de hormigón, cristales…etc. Los residuos de materiales elaborados en la obra, por su parte, son aquellos que se generan en la labor de reforma: cal, arena o piedras.
Esta distinción determinará el tratamiento que el material recibirá para su reciclaje.
Con el reciclado de escombros en lugares autorizados para tal fin se reduce la contaminación del medio ambiente. El tratamiento de estos residuos garantiza la sostenibilidad de los recursos. Es decir, el reciclaje de los escombros les proporciona una nueva vida como materiales de construcción. Estos materiales reciclados pueden usarse de nuevo convertidos en arena o piedra haciendo que los recursos naturales no se vean mermados.
Por otra parte, que los escombros se depositen en un lugar destinado a tal fin ayuda a que los vertederos convencionales se saturen menos y realicen una labor más eficaz en el la utilización de sus recursos.
Para poder reciclar escombros es necesario determinar el producto final tras el procesamiento y la maquinaria necesaria para ello. Pueden usarse, dependiendo del material:
El uso de una u otra depende de el procesamiento necesario para obtener el producto. Con el reciclado de escombros podremos dar una segunda vida a nuestros residuos y gestionar de manera más eficaz los recursos de nuestro planeta.